El efecto de la proliferación de macrogranjas en Aragón ha llegado ya en algunos casos al agua del grifo. En el término municipal de La Sotonera ( Huesca), 903 personas conviven con 14 explotaciones porcinas con capacidad para 46.733 animales. En los últimos ejercicios, en Lierta, un pequeño núcleo urbano perteneciente a La Sotonera, hay periodos del año en que los camiones del Ayuntamiento recorren las calles repartiendo semanalmente garrafas de agua entre los vecinos. La del grifo no se puede beber. Los niveles de nitratos acumulados superan por mucho el límite de 50 miligramos por litro considerado admisible para consumo humano por la Organización Mundial de la Salud y máximo legal según la normativa de la Unión Europea. En septiembre de 2020 se llegaron a medir 110 miligramos de nitratos por litro de agua del grifo.
La fuente principal de agua potable de la localidad proviene de un manantial que ya está contaminado. El volumen de nitratos supera los 100 mg/l de manera permanente. Para hacerla apta para el consumo se mezcla con agua captada del cauce del río Venia, lo que rebaja los niveles por debajo de 50 mg/l, pero “en los meses que el caudal del río es más bajo, como ocurre en verano, el agua ya no se puede beber”, explica Bernardo Más, presidente de la Asociación de Vecinos LiertAgua Potable.
Esta asociación está batallando para frenar la instalación de una nueva macrogranja con capacidad para más de 3.000 madres que pretende captar 28.754 m3 anuales de agua de los acuíferos de los que se abastece el pueblo. Es casi 10 veces el agua consumida al año por los habitantes de Lierta. Sus vecinos temen que los caudales bajen aún más y les dejen sin poder beber agua del grifo durante todo el año.
La alcaldesa de La Sotonera, María Isabel Baillo (PP), ha declinado hablar sobre la situación de la contaminación del agua por nitratos en Lierta.
- Masas de aguas subterráneas con contaminación por nitratos por fuentes agrarias y ganaderas.
- Explotaciones de ganadería porcina industrial.
- Aguas afectadas por contaminación por nitratos según el Real Decreto 47/2022.
Fuente: Gobierno de Aragón, Ministerio de Transición Ecológica, Ministerio de Sanidad, C.H. del Ebro, CNIG y Bing Maps
A 100 kilómetros, en la localidad de Laguarres, del municipio de Capella (Huesca), tuvieron entre 174 y 195 mg/litro en marzo y abril de 2020. En Capella residen 350 personas junto con 28 explotaciones porcinas con una capacidad para 44.672 animales.
| Fuente: Gobierno de Aragón, Ministerio de Transición Ecológica, CNIG, C.H. Ebro y Openstreet Maps
“La primera vez que salió en los análisis la contaminación por nitratos fue porque se recogía el agua de un barranco cuyas aguas bajaban por delante de una explotación porcina con capacidad para 1.646 cabezas y de una fuente antigua situada más arriba de esa localización. Entre las dos dieron una contaminación altísima”, explica Cruz Mur, concejal del Partido Popular en Capella. El Ayuntamiento cortó la toma del agua de la fuente antigua y del barranco para abastecer al pueblo directamente del río Isabena pero, desde entonces, cada vez que hay lluvias fuertes, el agua se vuelve turbia o directamente sale con tierra y tampoco se puede beber.
La Alcaldesa de Capella, Ángela Sarriera (PSOE), ha declinado hablar sobre la situación de la contaminación del agua por nitratos en Laguarres.
Informes con membrete que reconocen los altos niveles de contaminación por nitratos
Durante 2020, la Dirección General de Salud Pública de Aragón detectó 93 mediciones por encima de 50 mg/litro de nitrato en 37 zonas de abastecimiento humano afectando a una población de 6.997 personas. Entre 2016 y 2020, 49 municipios de Aragón tuvieron valores por encima de 50mg/litro de nitratos en algún momento del año, según los datos del Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo.
Los informes para el próximo plan de cuenca de la Confederación Hidrográfica del Ebro reconocen la proliferación de la ganadería intensiva entre las principales causas de la contaminación por nitratos de las aguas de la región, a pesar de tratarse de una contaminación difusa difícil de atribuir a un origen concreto.
Por poner dos ejemplos: la masa de agua subterránea del Aluvial del Ebro, sobre la que se sitúa entre otros municipios Tauste, recoge en 10 de sus puntos de medición del nivel de nitratos cantidades entre 50 y 100 mg/litro, es decir, por encima del límite legal y seguro. La masa de agua de Sasos de Alcanadre, que tiene entre otros municipios buena parte de Ejea de los Caballeros, registra en cuatro de sus puntos de medición niveles de nitratos entre 50 y 100 mg/l y en otros cuatro, por encima de los 100 mg/l. En ambos casos, los informes reconocen que se debe a la actividad agrícola y a la concentración de la cabaña ganadera.
Aún más clara es la influencia en la masa de agua subterránea Sinclinal de Graus, sobre la que se sitúa entre otros el municipio de Capella, con afectación ya al agua de beber. Todos los puntos de medición sitúan los niveles de nitratos por encima de los 50 mg/l y dos por encima de los 100 mg/l. La Confederación reconoce en su informe que se debe a “la contaminación por las actividades ganaderas”. Y son solo una muestra de las masas de agua que España ha reconocido que no alcanzarán los niveles de calidad exigidos por Europa para 2027.
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