En su recorrido a través del centro de Gales camino del estuario del río Severn, el río Wye atraviesa la conocida como capital del pollo del Reino Unido, debido a la ubicación de granjas con una capacidad estimada de 20 millones de pollos.
El papel de las aguas residuales humanas en la contaminación de los ríos ha sido ampliamente criticado, pero el estiércol de los pollos generado en un número cada vez mayor de granjas intensivas también juega un papel muy relevante.
El excremento de los pollos de las granjas es rico en fósforo y se extiende en el campo como fertilizante para las cosechas. La tierra es incapaz de absorber la cantidad de estiércol que se aplica actualmente en los campos de la cuenca del río Wye, provocando filtraciones hacia el río que lo están convirtiendo en lo que los activistas describen como una “sopa verde”.
El estiércol ha sido señalado por científicos de la Universidad de Lancaster como una de las principales fuentes de fósforo en la cuenca del Wye, una contaminación que a su vez sirve de alimento a las algas del río provocando su proliferación masiva.
La zona de mayor concentración de pollos en la Cuenca del Wye es Herefordshire. El número de aves no ha dejado de aumentar desde principios de la década de los noventa, pero hay un antes y un después en la irrupción de Tesco y sus necesidades crecientes de llenar los lineales con carne de pollo.
Cargill, propietaria de una gran planta de procesado en Hereford, cerró en 2013 el acuerdo para suministrar pollo al mayor supermercado de Reino Unido. Coincidiendo con las fechas del acuerdo, Cargill anunció un plan de inversión de 35 millones de libras para ampliar su planta de Hereford e impulsar su capacidad de procesado de pollos. Ambos hechos parecen ser la mecha que encendió el aumento de la construcción de nuevos gallineros en la zona, según un análisis del Guardian basado en datos públicos.
Solo en 2014, hubo 22 solicitudes para construir Unidades Avícolas Intensivas (IPU, por sus siglas en inglés) en Herefordshire, lo que añadió 1,4 millones de aves al año producidas en la zona.
Entre 2013 y 2017, el número total de aves en el condado aumentó más de un tercio, pasando de 13 a 18 millones. Lo que ya era un punto de concentración de granjas intensivas de pollos se masificó aún más.
“Puedes afirmar sin duda que es eso [el fuerte incremento del número de pollos en 2014] ha tenido impacto”, explica Paul Withers, profesor de biogeoquímica en la Universidad de Lancaster.
Withers explicó a los Diputados el año pasado que el exceso de fósforo en la cuenca del Wye era un 60% superior a la media nacional debido a la gran cantidad de estiércol producido por las granjas de la zona.
“El fuerte aumento del número de animales ha creado un problema a largo plazo debido a la significativa aportación extra de fósforos en las tierras de la zona de la cuenca del rio Wye. La permanencia en el suelo incrementa el riesgo de que el fósforo acabe en el agua cada vez que se generan escorrentías debido a la lluvia. Los niveles de fósforo en el suelo una vez en este se reducen muy lentamente, lo que significa que llevará décadas corregir la calidad del agua del río”.
Cargill es accionista de la empresa Avara Foods, actualmente el tercer productor de pollo británico y productor de la mayoría de los 18 millones de pollos que se producen en Herefordshire.
“El fuerte incremento [a partir de 2013 en adelante] se debió a que Cargill necesitaba cumplir cada vez con pedidos más grandes”, explica un consultor que ha gestionado un importante número de solicitudes de nuevas granjas.
“Creo que estos problemas que están surgiendo en estas zonas se deben al establecimiento de demasiadas granjas todas al mismo tiempo”, explica un agente inmobiliario que gestiona las solicitudes de construcción de nuevas granjas en una entrevista con la investigadora y doctora Alison Caffyn. “El acuerdo con Tesco ha creado un desastre público”.
Un portavoz de Avara Foods ha declarado que “Sería un error sugerir que un único cliente podría provocar tal cambio en la producción hasta los niveles con los que se está especulando”.
La consultora de urbanismo y medio ambiente Helen Hamilton – que ha trabajado durante décadas con grupos activistas contra la proliferación de las granjas extensivas de pollos- asegura que el Gobierno local de Herefordshire no calibró correctamente el impacto a largo plazo del crecimiento de Cargill y no tuvo en cuenta el efecto de una concentración tan masiva de aves, así como sus excrementos, en un área reducida.
“El efecto llamada para la construcción de más granjas de pollos parece obvio”, dice Hamilton. “Y la falta de estrategia para afrontarlo muestra claramente un error en la política de planificación”.
En mayo, el Gobierno del Reino Unido rechazó una petición parlamentaria y de grupos defensores del medio ambiente de prohibir tanto la implantación de nuevas granjas como la ampliación de las existentes en la cuenca del río Wye.
Entre tanto, la expansión en la cuenca del Wye continúa, con una nueva granja intensiva de pollos que sumará otras 90.000 aves y que ya ha sido aprobada por el Gobierno del condado de Powys.El número de aves y el ganado en la cuenca del Wye han dejado el río en un “estado crítico”, según Tim Bailey, experto en contaminación de la Agencia Medioambiental.
La concejal de Herefordshire Elissa Swinglehurst, presidenta del Consejo para la Gestión de los Nutrientes del río Wye, equipara la situación actual con “un intento de vaciar una bañera mientras mantienes los grifos abiertos”.
“Mientras no se reduzca la llegada de fósforo a la Cuenca seguiremos incrementando la carga residual del suelo. Por el momento, los grifos siguen abiertos a tope”, comenta.
Según el portavoz de Avara Foods: “Nosotros reconocemos la situación del río Wye y estamos comprometidos con afrontar la parte que nos toca, que es parte de nuestro objetivo global de ofrecer comida saludable y a precios asequibles para millones de personas al mismo tiempo que mejoramos el bienestar animal y la sostenibilidad”.
“Merece la pena recordar que Avara Foods no es la que extiende el estiércol en la tierra, ni hay una relación clara entre nuestras granjas, que son todas instalaciones cerradas, y la cuenca del río. Todas y cada una de las granjas incorporadas a nuestra cadena de suministro tienen un plan de gestión del estiércol y esperamos que lo cumplan a rajatabla según establece la legislación vigente de gestión de residuos”.
“Hemos prestado apoyo a proyectos basados en la gestión del excremento generado por las granjas fuera de la aplicación sobre el terreno, con la intención de generar con los residuos avícolas un modelo de economía circular”. El Consejo de Herefordshire dice que en el pasado no fue posible calibrar adecuadamante el impacto que tendría en el río Wye el desarrollo del sector.
“Es evidente que hasta ahora simplemente no han existido las herramientas necesarias para evaluar de forma adecuada el impacto acumulado. El Gobierno de Herefordshire es la primera administración del mundo, desde luego la primera en el Reino Unido que ha desarrollado herramientas de cálculo del nivel de fosfatos en el marco de la política de planificación”, dice Liz Harvey, concejal de Finanzas, Servicios Corporativos y Planificación. La herramienta de planificación les permitirá asegurarse de que todas las granjas que se proyecten en el futuro “tienen un impacto de nutrientes neutral”.
Un portavoz de Tesco aseguró: “Estamos comprometidos con jugar nuestro papel en la protección del río Wye, de la mano de otros actores de la industria alimentaria”. Y añadió que financian los trabajos de la Fundación Wye and Usk, que “trabaja directamente con nuestros proveedores para implantar soluciones basadas en la naturaleza, incluida la plantación de árboles, así como el apoyo a los granjeros para estudiar los suelos y establecer las mejores prácticas que ayuden a reducir la polución del río Wye”.
La doctora Alison Caffyn, anteriormente investigadora de la Universidad de Cardiff, realizó una investigación adicional para este reportaje.
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