Porteadoras
La injusticia a cuestas

Miles de mujeres marroquíes cargan bultos de 80 kilos para cruzar la frontera de España.
Cobran 20 euros de comerciantes que las usan para no pagar impuestos.
Algunas han muerto aplastadas.
Todo lo que ellas lleven sobre su cuerpo se considera equipaje de mano y, por tanto, puede pasar la frontera sin declararse.

Empresarios españoles y marroquíes se embolsan centenares de millones de euros comerciando a través de la frontera sin pagar impuestos aduaneros. Mientras ellos se lucran, denuncian las ONG, son ellas las que arriesgan su vida trabajando en condiciones de insalubridad, sufriendo acoso sexual y sin tener ningún tipo de reconocimiento laboral.

Son las dos de la mañana y Khadija acuesta a tres de sus cuatro hijos en la habitación que comparte con ellos en una pequeña casa de Fnideq. Dos en una cama y otro sobre unas mantas colocadas cuidadosamente sobre el suelo. A la más pequeña la lleva a casa de una vecina a pasar la noche. Se quedan dormidos, coge un carro metálico y camina cerca de dos kilómetros hacia la frontera. Allí, varios centenares de mujeres aguardan a que el puesto marroquí abra a las siete de la mañana. Mientras llega la hora, intentan dormir en el suelo.