La huella de Masika
Las víctimas de violación son rechazadas a menudo por sus comunidades. Las Casas de Escucha son espacios creados por y para mujeres, para acogerlas y acompañarlas. Las primeras Casas surgieron de iniciativas individuales como la de Mama Masika, que abrió las puertas de su propio hogar y lo convirtió en un verdadero refugio.
Rachel Camate
Ella fue una mujer valiente. Aunque sufrió tanta violencia, nunca se rindió. No quiso que nos quedáramos atrapadas en el victimismo y nos alentó para que pasáramos página."
Ayudó a otras mujeres y niñas que habían sufrido la misma suerte y les mostró que nosotras somos mucho más que la violación."
En 1999, un grupo armado cambió la vida de Masika. Irrumpió en su casa, la torturó a ella y a sus hijas. También las violó. Y asesinó a su marido. Fueron repudiadas por su familia y su comunidad. Al año siguiente se estableció en Minova, junto a sus cuatro hijas y su nieto, que nació de la violencia.
Me llamo Rachel Kanyere Kamate y soy la hija mayor de Mama Masika."
Desanges Camate
Hija de Mama Masika
En el Este de la República Democrática del Congo, desde 1994 hemos sido asesinados, atrapados por una gran guerra. Los grupos armados entran dentro de los hogares, queman las casas, no paran de robar, incluso violan a las mujeres. La violencia sexual se ha usado como arma de guerra."
Pese a las secuelas y el estigma, pese a los traumas, Rebecca Masika Katsuva –todos le llaman Mama Masika–, nunca se dejó abatir. Y no solo se levantó una y otra vez, sino que acompañó a centenares de mujeres a hacer los mismo.
Abrió su casa y decidió arropar a toda mujer que hubiera pasado por su misma situación. Y llegaron decenas. Se convirtió en un pilar para Minova, y para la región.
Desanges Camate
Es realmente denigrante para nosotras, para las mujeres congoleñas. Sin embargo, Mamá Masika se dijo: «en lugar de matarme, no, yo no me voy a suicidar, yo voy a ayudar a las demás»."
Rachel Camate
En las tierras altas ha habido muchos problemas con los grupos armados: la población ha sido desplazada, muchas mujeres y niñas son violadas todavía. Mi madre se atrevía a ir por las víctimas a esos lugares en conflicto, aún y cuando era muy peligroso para ella. Las traía al hospital para curarlas, sin financiamiento ni ayudas externas. Se entregaba a las mujeres que habían sufrido violencia sexual y se las apañaba para encontrar la manera."
Minova es un cruce de carreteras, las dos rutas unen dos de las regiones más conflictivas del Congo, Kivu Norte y Kivu Sur. La guerra en la República Democrática del Congo dura ya más de 20 años y ha acabado con la vida de más de cinco millones de personas. Es la más mortífera del mundo. La población vive atrapada entre los más de 30 grupos armados, el Ejército congoleño y los cascos azules de la ONU.
Rachel Camate
Sobre todo nos ayudó mucho a nivel emocional. Algunas se preguntaban si las agresiones brutales que recibieron eran el fin del mundo, pero gracias al acompañamiento en la casa, recuperaban la esperanza y podían volver a su vida normal. Para ellas, la casa significó un cambio, físico, psicológico y hasta epistemológico. Eso es lo que mi madre nos dejó de legado."
Más de 150 mujeres pudieron rehacer su vida gracias al acompañamiento de Masika en sus quince años de labor en Minova. Allí podían quedarse el tiempo que necesitaran para recuperarse de las agresiones físicas y emocionales, dar a luz en un entorno no hostil y sostenerse económicamente con el trabajo de la tierra y las ventas en el mercado local.
Desanges Camate
El 22 de noviembre de 2012 los soldados vinieron aquí, violaron, robaron, ellos incluso... ¡ellos hicieron tantas barbaridades que no puedo ni contarlas! Y al final, después de todo, no hubo más que un único verdugo que fue condenado... ¡uno solamente! Las mujeres aquí se decepcionaron muchísimo."
Desanges habla de la violación masiva cometida por militares del ejército congoleño en 2012, en el escandaloso caso de Minova. El grupo rebelde M23 había ganado mucho terreno y, humillados y en desbandada, los soldados llegaron a Minova donde saquearon a las familias y violaron sistemáticamente a mujeres y niñas; también a las que se refugiaban en la casa de Masika.
Ante la presión internacional, el gobierno de RDC prometió un juicio ejemplar contra 39 presuntos responsables. Masika, Rachel y las mujeres de la casa se involucraron activamente en la demanda de justicia y acompañaron a muchas otras víctimas a denunciar. Pese a haber conseguido más de mil testimonios, al final solo se condenó a dos soldados. Ningún alto rango fue sentenciado.
Rachel Camate
¿Justicia aquí en el Congo? No existe. Nuestro país está mal gobernado. Hay grupos armados, rebeldes por aquí y por allá, y no es que les falten las mujeres, ellos lo hacen para hacer daño y sabotear el valor de la mujer, porque ellos violarían incluso a su madre o su hermana."
"El progreso conseguido en la República Democrática del Congo respecto a décadas de violencia sexual generalizada usada como táctica de guerra se ha puesto en peligro en los últimos meses por la inestabilidad política, niveles de desplazamiento sin precedentes, choques armados continuados y debilitadas estructuras de Estado."
- Naciones Unidas, Abril de 2018
En las Casas de Escucha no hay médicos ni abogados, pero se les indica dónde pueden acudir, se les cobija del tabú social y, sobre todo, se les escucha.
Masika murió en febrero de 2016. Sus hijas son su legado.
Desanges Camate
Puedo decir que ha habido cambios."
Rachel Camate
Sí, ha habido un cambio. Antes las mujeres eran ignoradas, pero a raíz de las diferentes presiones de Mama y otras organizaciones, se han conseguido leyes que contribuyen a los derechos de la mujer y estamos empezando a ser reconocidas por la sociedad."
En memoria de Mama Masika.
(FOTO: Walter Astrada)
- Texto: Majo Siscar y Gemma Parellada
- Imagen: Salym Fayad y Gemma Parellada
- Diseño web: Belén Picazo
- Infografías y mapas: María Jaramillo
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